El bullmastiff es fiel e intrépido pero no feroz.
Es lo bastante grande como para ser potente,
pero no demasiado como para ser poco activo.
S.E. MOSELEY

El bullmastiff procede del Reino Unido, concretamente de la zona de los Midlands. Pertenece al grupo de los molosoides; se caracteriza por su morro corto con máscara negra, que le da un aire severo y digno de respeto. Es un animal corpulento y a la vez atlético que antaño se empleó para pelear contra toros y defender los inmensos cotos ingleses de las incursiones de los cazadores furtivos.

Romero y Cayena de Tierra de Toros

Audisiano di Somma (1999) nos dice que, a pesar de su aspecto imponente, los  bullmastiffs son perros bonachones a los que gusta jugar.   Suelen expresar su simpatía y su afecto saltando sobre las cuatro patas y moviendo la grupa alrededor de su dueño. No obstante, saben mostrarse temibles y hacerse respetar cuando la integridad de alguien querido está amenazada, y cuando atacan pueden causar graves daños. Sin embargo, por lo general, son perros tranquilos que esperan pacientemente que su amo los saque a pasear al aire libre.

El término bullmastiff es la fusión de los nombres de dos perros que los ingleses consideran autóctonos y cuyos orígenes se pierden en la noche de los tiempos: el bulldog y el mastiff.

De sus antepasados (el bulldog inglés de entonces era de mayor alzada, mucho más ágil y agresivo que los ejemplares actuales), el bullmastiff ha heredado las mejores cualidades. Así, ha combinado el tamaño, la fuerza física y el gran sentido del olfato del mastiff con la tenacidad, valentía y ferocidad del bulldog; convirtiéndose así en un animal extremadamente ágil a pesar de su tamaño, físicamente poderoso, valeroso y, sin embargo, manejable y obediente.

Todas estas cualidades lo convierten en un animal de gran planta que domina el territorio, rápido de reflejos y muy eficaz en aquellos casos en que deba defender. Sin embargo, también puede ser un excelente compañero para las actividades de tiempo libre.

El bullmastiff es uno de los perros más equilibrados que se conocen: nunca tiene reacciones incontroladas y se muestra muy cariñoso con los niños, a los que trata como si fuera sus propios cachorros. En casa no molesta y, a pesar de sus grandes dimensiones, no impide el paso. Se hace querer como el mejor perro de compañía y es muy sensible tanto a las felicitaciones como a las reprimendas.